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27 de febrero de 2013

CAPITULO 22


*Narra Sonia*

-¡Álvaro! –grité al ver como se desplomaba.

Baje las escaleras prácticamente rodando pero, él, se había levantado. Me quedé sin habla, inmóvil, hasta que con un gesto y un resoplido me pidió que le acercase la silla.

-¿E-es-estas bien? –tartamudeé aún sin habla.

-Sí, tranquila, en la consulta me dijeron que intentase andar, pero me has asustado.

-Lo siento, de verdad.

-No pasa nada –sonrió.

De pronto un estruendo me inquietó.

-Tam, ¿estás bien? –preguntó Álvaro.

-¿Qué? No, no lo sé, ¿estáis bien vosotros? He-he oído un ruido un golpe y un grito y me he despertado y… -estaba muy alterada y Álvaro la calmó, la abrazó y esta calló.

-Tranquila, estamos bien.

Cuando se calmó fuimos a desayunar a un centro comercial que había cerca de nuestra casa.

-¿Qué os apetece? –preguntó Tami yendo hacia la barra a pedir.

-Un café y un donut –dijo, agrandando la U, su amigo.

-Venga, me apunto al donUUUUUUt –dije imitándole.

Había muy buen ambiente entre nosotros tres, me gustaba estar con ellos porque se trataban como si fueran pareja aun que lo negasen y me hacía gracia. Tamara nos trajo a cada uno lo que habíamos pedido y nos quedamos en aquel centro comercial hasta la tarde. 

*Narra Liam*

La noche la pasé dando vueltas, era la cama más incomoda que había tenido. Además a mí me había tocado dormir solo. Louis y Harry dormían en una habitación, Alex, Amanda y Lucía dormían en otra; Niall estaba con Cristian y Zayn con Ethan, por lo que me tocaba estar solo.

Por la mañana me desperté con la espalda hecha un ocho. Habíamos hablado de no hacer nada divertido hasta que viniesen Álvaro, Tamara y Sonia para divertirnos todos juntos, pero esta semana se me iba a hacer muy larga.

Ya había pasado la semana y Alex y Amanda habían hablado varias veces con Tamara y Sonia, les habían dicho que Álvaro ya caminaba con normalidad y hoy vendrían por fin. Todos estábamos ansiosos de su llegada. Nos habíamos aburrido mucho ya que no habíamos salido de casa y quieras que no, al final se acaban las cosas que hacer.

Mientras esperábamos decidimos quedarnos en la casa y nos pusimos a ver la tele. Nos quedamos callados hasta que Louis gritó.


-A ver cuántas tazas de té consigues ponerme en el cuello –dijo señalándome.

Reí y fui a la cocina, cogí tres tazas con sus respectivos platitos y Louis se agachó, empecé a situarlas en su cuello con cuidado.

-No intentéis esto en casa –dije riendo mientras colocaba la segunda.

Cuando estaba colocando la tercera Louis se movió y se cayeron todas al suelo provocando un gran estruendo.

*Narra Tamara*

Por fin había pasado la semana, Álvaro estaba recuperado y ya estábamos llegando a la dirección que Niall nos había dado. Cuando vi la casa tuve el impulso de sacar la cabeza por la ventana para mirar.

-Menudo palacio –murmuró Sonia haciendo lo mismo que yo.

Álvaro aparcó y nos acercamos a la puerta, oímos el ruido de vajilla rompiéndose.

-¿Qué estarán haciendo? –se preguntó mi amigo para después llamar.

-¡YA ESTÁN AQUÍ! –oí a Amanda gritar desde dentro.

Abrió la puerta y se abalanzó sobre mí sin darme tiempo a reaccionar, por lo que caímos. A Alex le pareció divertido y saltó sobre Sonia qué, más lista, la cogió y no se cayó.

Los chicos también nos saludaron pero Lucía se mostró algo recelosa.

-Madre mía, que casaza tienes –dije mirando a Niall, que se limitó a sonreír.

-¿Queréis que os la enseñe? –dijo Harry poniendo una voz muy divertida por lo que me reí.

 
-Enséñanosla –dijo Sonia ¿sonriendo? Estaba empezando a caerles bien.

Entramos a un recibidor increíble que daba a un salón con vistas al mar.


Decidí asomarme a la ventana para respirar aquel aroma que llenaba el ambiente. 

-¿Te gusta el mar? –me preguntó Liam, apareciendo detrás mía
.
-Sí, bastante –respondí dándome la vuelta. –Espero que podamos ir o surfear o montar en lancha o algo así.

-Claro, sería divertido, esta semana no hemos hecho nada.

Volvimos a unirnos al grupo para proponer la opción aunque solo estaban Alex, Sonia, Lucía, y Ethan.

-Oye chicos, hemos pensado que mañana podríamos ir a surfear, ¿qué os parece? 

Vi como la cara de Ethan se iluminaba, ninguno dijo nada y me extrañó.

-¿No queréis? –seguían sin contestar –Vamos, sé que Ethan quiere, ¿a que sí?

El chico sonrió tímidamente.

-Eso es un sí –dije riendo –Vamos, ¿por qué no queréis?

-Yo sí quiero –dijo Amy entrando en la sala –Pero, ¿de qué estamos hablando?

Todos rieron.

-De ir a surfear, ¿te apetece? –le preguntó Ethan, que por fin habló.

-Sí, sí, será divertido –respondió enérgica mi amiga –Pero me tenéis que enseñar que yo no sé.

-No pasa nada.

-Yo no decía nada porque tampoco sé pero me apetece –dijo Alex algo cortada.

El resto de chicos, que estaban en la cocina, entraron al salón.

-Por que estáis tan serios ¿Quién se ha muerto? –rió Harry.

-Mañana vamos a surfear, ¿os venís? –dijo Liam sin hacerle caso.

-Pues claro –dijo Louis quitándose los pantalones para acabar en bañador –Yo ya estoy listo.

-Em...yo, quizás, bueno, esto, que tengo cosas que hacer –dijo Zayn titubeante.

-Vamos Zayn, todos sabemos que te da miedo, no te preocupes –dijo Lucía hablando de nuevo, solo se dirigía a él.

-Pues ya está decidido mañana os despierto a las diez para ir temprano y ya comemos allí –dijo Niall.

-Vale –respondimos todos.

-Hola –saludo una chica mientras bajaba las escaleras.

-Hola, ¿Quién eres? –preguntó Sonia de sopetón.

-Eso debería preguntarlo yo, ¿no crees?, esta es mi casa –respondió aquella chica sin perder la sonrisa.

-Bueno, yo soy Tamara –dije para cortar, Sonia no era mala chica, solamente tenía mucho caracter.

-Soy Vanessa, la prima de Niall, y por descarte tú serás Sonia, la chica borde que les habla mal, y yo que lo dudaba...-dijo burlándose pero mostrando que estaba de broma.

-Exacto –dijo mi amiga.

La rubia se rió y se acercó al grupo.

-¿Queréis ver vuestra habitación? –dijo dirigiéndose, esta vez, a mí.

-Claro.

Subió las escaleras y Sonia y yo la seguimos con las maletas. Avanzó hasta la tercera puerta y la abrió para enseñárnosla.


Sonia abrió los ojos como platos y se giró hacia el grupo que esperaban en el pasillo.

-¿No había una más rosa? ¿O quizás con un unicornio o, mejor, un pandacornio? –dijo irónica.

-Si quieres me quedo yo aquí con Tamara –dijo Amanda.

Sonia aceptó y Amanda se trasladó conmigo, la verdad es que la habitación era completamente rosa.

*Narra Louis*

Ya habían venido, yo iba a seguir intentando caerle bien a Sonia pero parecía que todo la sentase mal. Y parecía que se lo había pegado a Lucía, que cada vez era peor. Álvaro y Liam parecían llevarse muy bien, hablaban mucho pero había un problema, ambos se les notaba que estaban loquitos por Tamara y no acabarían bien con eso. A Harry parecía habérsele quitado esa idea de la cabeza, la trataba como una amiga más. Después de comer, los familiares de Niall, incluyendo a su prima se marcharon, nos habían dejado la casa porque ellos se iban de vacaciones. Niall estaba algo triste, no sabía que ellos se fueran a ir, pero todavía quería seguir divirtiéndose.

Por la tarde fuimos a dar una vuelta por un paseo que llegaba hasta la playa. En el final habían puesto una feria y Alex se emocionó al saberlo.

-Podemos ir, porfa, porfa, porfa –repetía.

*Narra Alex*

Me hacía mucha ilusión ir a la feria, hacía muchos años que no iba, desde que era pequeñita, y me traía muchos recuerdos. Íbamos paseando por allí porque hasta la noche no abrirían la feria y de pronto Zayn y Niall salieron corriendo y se abrazaron a un árbol.

-¿Qué hacéis? –preguntó Amanda riendo y corriendo tras ellos. Tami y yo corrimos también.

-Es nuestro árbol, tenemos que llegar a la copa –dijo Niall convencido mientras se agachaba, Zayn se subió encima y sonrió tras su victoria.




 
Zayn se bajó de Niall y continuamos andando hasta que empezaba a anochecer, nos acercamos un poco más. Se veía la noria, altísima.



20 de febrero de 2013

CAPITULO 21


*Narra Niall*

Por fin era por la mañana, no había podido dormir en toda la noche. Me levanté y me vestí. Los chicos estaban ya preparados cuando salí del baño. Desayunamos y fuimos en busca de Cristian y sus amigas. Al llegar, estaban esperándonos, puntuales, en la puerta.

-Buenos días –dije saliendo del coche.

-Hola –respondió sonriente Amanda.

Nos saludamos y cogí la maleta de Amanda para llevarla al coche. Lo hice sin pensar, pero siempre me mostraba más caballeroso con ella.

-Gracias pero puedo llevarla yo, no te molestes –dijo sonriéndome.

-No, tranquila, no es molestia.

Nos despedimos de Tamara y Álvaro, Sonia no se había despertado aún, y nos fuimos. En el avión me senté junto a Harry y Zayn. Se miraron entre ellos y luego me echaron una mirada girando la cabeza hacia Amanda. La miré, estaba hablando con Alexandra. 

-¿Qué?

-¿Cómo que qué? –dijo Zayn acerándose.

-Pues eso, ¿qué pasa?

-¿Qué vas a hacer? –preguntó Harry ignorándome.

-¿Hacer de qué?

-Oh, vamos, todos sabemos que te gusta –dijo Zayn alzando un poco la voz y todos nos miraron. Me puse colorado.

-Shh, no grites.

Se sonrieron y me volvieron a mirar.

-Entonces, ¿qué vas a hacer? –continuó Zayn.

-Pero, que no me gusta.

-Vale, lo que tú digas, pero ¿qué vas a hacer? –siguió Harry.

-Ahora mismo, me voy a dormir.

Antes de que pudieran seguir molestándome me cambié de asiento y me intenté dormir. ¿Por qué pensaban que me gustaba? Solo era amable con ella como podía ser con los demás. Antes de seguir dándole vueltas me quedé dormido.

*Narra Amanda*

¿A quién se referiría Zayn cuando gritó? Quién sabe. En el avión me pasé todo el rato hablando con Alex, era la única persona con la que podía hablar ya que los chicos se quedaron dormidos y con Lucía no me apetecía hablar porque acabaría gritando, como últimamente solía hacer, estaba insoportable.

Cuando aterrizamos los chicos ni se enteraron. Lucía se acercó a Zayn a despertarle.

Vi como Alex despertaba a Cristian y Liam.

Así que decidí despertar a Niall, estaba más mono dormidito, casi hasta me daba pena despertarle.

-Niall. […] Niall. […] Niall.

Abrió lentamente los ojos y se giró hacia mí.

-Hemos llegado –dije sonriendo.

-¿Ya? –dijo mientras se restregaba los ojos y se ponía de pie.

Asentí con la cabeza. Tiró suavemente de mí mientras pasaba a mi lado.

-Pues vamos –dijo mientras se giraba, me miraba y salía por la puerta.


Salimos, allí la temperatura era menor que en Madrid pero aún así hacía mucho calor. Dos coches nos recogieron y nos llevaron hasta una gigantesca casa al lado de la playa.


Niall avanzó el primero mientras los demás mirábamos la casa perplejos.

-Wow… -fue lo único que pude decir.

-¿Os gusta? –rió Niall mientras se acercaba al timbre para después llamar.

Asentí. Al momento una chica rubia abrió la puerta y saltó sobre Niall. Por un momento tuve que retenerme para no ir a separarles.

-¡Niall! Por fin has llegado –exclamó la chica cuando se despegaron.

-Vanessa, cuánto tiempo sin verte –dijo el rubio para volver a abrazarla.

Tosí para que se dieran cuenta de nuestra presencia.

-Oh, Vanessa, te quiero presentar a los chicos, Louis, Harry, Zayn y Liam, ellas son Alexandra, Amanda y Lucía y creo que te acordarás de Cristian –dijo señalándonos.

-¿Cristian? –gritó la chica -¿De verdad eres tú? Madre mía, no has cambiado nada, bueno, ahora eres todo un hombre, cuando te conocí solo tenías tres años.

-Tú tampoco has cambiado, solo que ahora mides más de un metro –rió Cris.

-Chicos, esta es mi prima Vanessa –la presentó, por fin, Niall.


-Encantada –dije dándola dos besos, todos los celos que había tenido se habían esfumado.

*Narra Tamara*

Cuando todos se fueron Álvaro y yo marchamos hacia su rehabilitación. No me importaba haberme quedado con él en vez de ir a la playa, sinceramente, prefería estar con él. En la consulta no me dejaron entrar pero por el cristal pude ver, más o menos, los ejercicios que hacían. Al principio simplemente le movían las piernas, pero más tarde se puso de pie, no avanzó, pero al menos se mantuvo. El hecho de ver que se podía incorporar me hizo llorar. Una enfermera se me acercó.

-¿Estás bien?

-Sí, sí, solo…me he emocionado –respondí secándome las lágrimas.

Miró hacia la sala donde estaba Álvaro y su rostro cambió.

-No me extraña, es todo un logro, me he leído su historial médico –dijo con media sonrisa –Es un chico muy fuerte, debes de estar orgullosa.

-No sabes cuánto –murmuré sin pensarlo.

La enfermera me sonrió y siguió con su trabajo. El doctor que solía estar con Álvaro me llamó a su consulta mientras que mi amigo seguía su rehabilitación. Me miró y sonrió.

-Yo también lloraría –dijo después de un largo silencio.

-¿Q-q-qué?

-Que yo también lloraría. Álvaro ha logrado mucho en estas semanas.

-Eh… sí.

-Quería decirle… -hizo una breve pausa –Más bien, quería pedirle que no viniera más a acompañar a Álvaro.

-¿Qué? ¿Por qué? –exclamé.

-A partir de ahora su rehabilitación empezará a ser algo dolorosa, ha de tener en cuenta que lleva más de un mes sin moverse.

-Pero… No cree que sería mejor que yo estuviera aquí para apoyarle.

-He visto muchos casos, señorita Anderson, siempre dicen eso, y acaban sufriendo más al verles que ellos mismos.

Me quedé cabizbaja, no sabía qué hacer. Yo quería estar con él, pero probablemente, no, seguramente, sufriría yo al verle a él sufrir, el doctor tenía razón.

-Tiene razón –dije con una mueca.

-No se preocupe, si avanza tan bien como en estas semanas, enseguida estará recuperado –dijo sonriéndome.

-Gracias doctor.

-Oh, mire, ya ha salido, vaya con él.

Miré hacia Álvaro, estaba feliz, se veía cansado, pero feliz.

-La veré pronto.

-Hasta entonces.

-Adiós.

Salí de aquella sala y abracé a mi amigo, me devolvió el abrazo con una sonrisa.

-¿Cómo estás? –pregunté al salir del hospital.

-Feliz.

-Me alegro.

-¿Te dijo el doctor…? –comenzó a preguntar con una mueca.

-Sí, no te preocupes.

Sonrió y me abrazó. Al llegar a casa Sonia estaba en pijama desayunando.

-Buenos días dormilona –reí y la abracé.

-Buenos días parejita.

-¿Qué tienes pensado para esta tarde? –dije ignorando su comentario.

-Tumbarme en el sofá –dijo mientras se estiraba en este.

-Vamos a hacer algo entretenido –dijo Álvaro acomodándose junto a ella y señalándome con la mano para que me sentase con ellos.

-Pero mira que sois vagos –dije mientras negaba con la cabeza.

*Narra Louis*

La casa de Niall era muy bonita y su familia, muy amable. La comida fue entretenida ya que la mayoría de la conversación eran anécdotas que contaban sobre Niall y él cada vez estaba más colorado. Miraba a Amanda que reía sin parar, estaba al lado de la madre de Niall y se llevaban muy bien así que esta aprovechó para contarle la vida entera de Niall provocando que este se ruborizase cada vez más.

Al otro lado, Lucía y Zayn no paraban de cuchichear ente ellos. Era un poco molesto, porque ya me habían contado que Lucía estaba algo enfadada, borde… con las chicas y por eso no hablaban mucho así que ella se refugiaba hablando con Zayn, era el único con el que hablaba.

 Mi hermano estaba en la otra punta, entretenido hablando con Cristian y Alex, por fin se había soltado un poco.

Liam y Harry hablaban sin parar con los familiares de Niall y yo estaba al lado de Amanda y Vanessa y no hablaba con ninguna, me aburría, seguía pensando por qué no le gustábamos a Sonia.

-Tú eres Louis, ¿verdad? –pregunto la prima de mi amigo.

-Sí –dije levantando la cabeza para mirarla.


-Niall me ha hablado mucho de vosotros, pero no sabía cuál era cual. Asi que me liaré un poco con los nombres –dijo riendo.

-No pasa nada –la sonreí.

-Te veo preocupado, ¿Qué te pasa?

-Nada nada –dije apartando la mirada.

-¿De verdad?

-No pasa nada –dije sonriendo y volviendo a mirarla.



-No te creo, pero vale –dijo con media sonrisa.

-Vale, lo que me pasa es que… en el avión me senté mal y…me…. ¡duele el culo! –fue la primera escusa que se me ocurrió.

-Vale, si no me lo quieres contar dímelo.

De pronto las luces se apagaron y la madre de Niall vino con una tarta.

-¿Y esto mamá? No es mi cumpleaños –dijo aún más colorado.

-Es para celebrar que estamos la familia…y tus amigos, todos juntos, el año pasado no celebraste tu cumple con tu prima, por ejemplo.

Acercaron la tarta y el rubio sopló las velas. Fue la interrupción perfecta para dejar de hablar con su prima. 

*Narra Sonia*

Al final conseguimos que Tami se sentase con nosotros y vimos unas cuatro películas. La última era de terror y ella acabó tapada con tres mantas, abrazada a un cojín y, de lo abrazada que estaba a Álvaro, estaba metida casi entere el sofá y él. Odiaba esas pelis pero conseguimos convencerla. Pero yo pagué las consecuencias, por la noche estaba tan cagada que acabó viniendo a mi habitación a dormir.


A la mañana siguiente, cuando me desperté, Tami seguía dormida, cosa que me extrañó, ya que eran las doce y media y ella solía despertarse temprano.

Bajé las escaleras y vi a Álvaro intentando ponerse de pie, sin darme cuenta se me cayó el móvil de la mano provocando que se asustase y cayera.