*Narra
Liam*
-¡Esta es la buena!
–chilló Amanda al encontrarse con olas al fin.
Tamara rápidamente
cogió su tabla y se levantó con la primera ola que llegó. Se movía ágil por el
mar. Ninguna de las olas que llegaban eran buenas pero ella lo intentaba y lo
hacía muy bien.
Agaché la cabeza un instante. Tenía que pensar en lo que sentía
en aquel momento, no estaba seguro.
No sabía que
pensar, era extraño. Volví a levantar la cabeza, se la veía tan bien sobre la
tabla, tan segura.
Sonreí al ver como
giraba y el presentador que había estado rondando por allí se me acercó.
-Liam, Louis ¿puedo
haceros una pregunta?
Asentí aunque algo
me decía que aunque le hubiera dicho que no, me la haría.
-¿Qué se siente al
ver que te está ganando una chica?
No me dio tiempo a
pensar una respuesta cuando estallé en carcajadas.
-Buena pregunta
–reía Louis.
Me tumbé en el
suelo para coger aire de reírme, respiré mirando el cielo y de pronto escuché
un grito. Sin pensarlo dos veces me levanté de un alto. Vi como una ola
arrastraba a Tamara hasta dejarla en la orilla tirada.
Corrí hacia ella
seguido por un equipo de socorristas. Me empujaron, no me dejaban verla. Esa
situación me estresaba quería saber cómo estaba.
La levantaron y,
volviéndome a empujar, se la llevaron a una ambulancia que estaba aparcada.
Estábamos todos en
corro a las puertas de la ambulancia. Nadie nos decía nada, excepto aquel
presentador que no paraba de hacer preguntas. Una de las veces se acercó hacia
mí.
-¿Han dicho ya
algo? –por un momento le noté preocupado, su cara mostraba tristeza, pero no
tanto como yo, que no podía evitar llorar.
-No, aún.
Fue lo único que pude decir.
La puerta de la ambulancia se abrió y ella salió
de allí. Llevaba la cabeza vendada e iba algo confundida, con Louis de la mano,
era al único que habían dejado entrar, no entiendo por qué. Salimos todos
corriendo a abrazarla.
-Tranquilos, solo
ha sido un golpe en la cabeza.
-Solamente, ya está
–dije irónico.
Se rió y me abrazó,
yo la cogí por las piernas como a un saco de patatas.
-Como vuelvas a
darme un susto como este…
-¿Qué me vas a
hacer? –dijo chulita.
-Por de pronto te
he ganado en la competición de surf.
-No es justo.
-Pues no haberte
caído.
*Narra
Alex*
Volvimos al lugar
donde habíamos dejado las tablas.
-Bueno, ¿me
enseñas? –dije cogiendo una tabla.
-¿No te da miedo
después de lo que le ha pasado a Tamara? –preguntó Ethan.
-Ha sido un
accidente y además está bien. Eso sí, practiquemos en esta zona.
-Ves como si te da
miedo.
-No me da miedo,
solo que allí es donde más corriente hay, por eso Tami se ha caído.
Cogió una tabla y
entró conmigo al agua. Me explicó lo que debía hacer. Escuché a Louis gritar
desde la orilla.
-¡Rema así! Es
fácil.
Ethan se rió y
continuó.
-Sí quieres, te
enseño como se hace y después practico contigo.
Asentí y él se
quedó esperando la ola adecuada.
Cuando llegó temí
por que le ocurriera lo mismo que a Tami, la verdad es que sí me había dado
miedo. Cogió la ola y se deslizó hasta la orilla sin problemas.
-Ahora prueba a
ponerte de pie –me dijo mientras llegaba
mi lado.
-Pero ayúdame.
Después de varios
intentos conseguí mantenerme de pie encima de la tabla. Se subió a la suya y me
sostuvo la mano.
-Solo vamos a dejar
que las olas nos lleven, ¿vale? –la verdad es que era un gran profesor, y muy
atento, sabía que me daba miedo.
Después de
intentarlo repetidas veces conseguí coger algunas olas y fue bastante
divertido.
Volvimos a la
orilla con los demás que, simplemente, estaban tumbados observando.
-¡Yuju! ¡Bravo! ¡Lo
has hecho genial! –gritó Sonia dándome ánimos.
-Bien, ahora nos
toca a nosotras con ella.
-Tú de aquí no te
mueves –saltó rápido Álvaro.
-¿Qué? ¿Por qué? Jo
–se quejó Tami.
-Si tú te puedes
preocupar por mi yo me preocupo por ti.
-Pues ala,
preocúpate, pero yo me voy a surfear.
Dicho eso vino con
nosotras hasta la orilla.
-¡Una, dos y tres!
–gritó de pronto Amanda y comenzamos a correr.
*Narra
Harry*
-Vamos con ellas
–animé a los chicos, les veía con ganas de ir pero no se movían, por vergüenza,
miedo, inseguridad o yo que sé, pero no hacían nada.
Álvaro se levanto y
se animó conmigo, era un chaval muy majo. Al ver que nos levantábamos los demás
también se nos unieron. Corrimos hasta llegar donde las chicas.
Tamara se iba a
subir en la tabla de Amanda para empujarla pero la pillo y acabaron las dos en
la misma tabla abrazadas para mantenerse y vi mi oportunidad de tirarlas.
Álvaro estaba
nervioso por ella, eran más que amigos y más que hermanos. Me di cuenta de que
no se estaba divirtiendo, estaba más preocupado por ella que otra cosa. M
acerqué a ella.
-Tami, vente
conmigo a la orilla, se ha mojado mucho la venta, vamos a cambiarla vale.
Me miró extrañada,
quizás porque no me solía preocupar por ella o porque no la había hablado
demasiado.
-Vamos Tami, es por
tu bien.
-Va-vale.
Por el camino no
dijimos nada, teníamos suficiente con andar por el mar, que, por lo menos a mí,
me costaba. Al llegar a la orilla me preguntó lo que yo ya me sospechaba.
-¿Cómo es que de
repente piensas en mi salud? –dijo mientras se quitaba el vendaje lentamente.
-¿Y por qué no? –dije
evitando la respuesta.
-No sé, tampoco es
que hayamos hablado … demasiado –añadió “demasiado” para no parecer brusca aun
que llevaba razón, pero yo solo intentaba olvidarme de los días que estuvimos
en Madrid.
-Ya, bueno, siempre
hay una primera vez.
Un silencio nos
invadió ese momento. Miraba la playa y yo no podía evitar mirarla a ella.
-Hay que esperar a
que la venda se seque, no hay más –dije para establecer conversación.
Hizo una especie de
bufido para quejarse y volvió a mirar a la playa.
Me molestaba estar ahí
y no hablar, necesitaba un tema de conversación. Miraba el reloj cada minuto
pero parecía que habían pasado siglos. Se movió y me miró, pensé que iba a
decir algo pero solo cogió la tabla y se tumbó encima.
No aguantaba más,
algo tenía que decir y solté lo primero que se me ocurrió.
-¿Te gusta mucho
Álvaro verdad?
-¿Qué? –se levantó
torpemente –No, es mi mejor amigo, es como un hermano.
-Ahh, vale, “hermano”
–dije guiñándole el ojo.
Soltó un suspiro
mientras negaba con la cabeza. Me fijé en los demás y fui a por la venda.
-Está seca ya –dije
dándosela.
-Por fin –suspiró y
corrió hacia el agua.
Me quedé mirandola, era imposible olvidar aquellos días en
Madrid.
*Narra
Tamara*
No
entiendo por qué todos dicen que me gusta Álvaro, es mi mejor amigo y le
considero como un hermano, no siento nada más profundo por él. Harry estaba
extraño, a veces ni me hablaba y otras veces se preocupaba por mí el que más.
Al volver a la
playa todos estaban cansados.
-Vamos, no me fastidiéis,
que acabo de llegar –me quejé.
-No te preocupes,
vamos a un sitio que me enseñó mi prima –dijo Niall –Así descansamos en el
trayecto.
Salimos de la playa
pero los locos de turno quisieron hacer el numerito de correr para que no les
pillasen las olas.
Sonreí al verles. Estábamos
Sonia, Amanda y yo esperándoles.
Y me di cuenta de
que no sabía dónde estaba Alex.
-Oye chicas, ¿y Alex?
¿Dónde está?
-Huy, es verdad, ¿Dónde
se ha metido?
-Mirad ahí –señaló Sonia
a un lado de la playa.
me encanta, de donde sacas tanta pero tantísima imaginación, yo no tengo ni la mitad de imginacion que tu.
ResponderEliminarsube pronto tqm bss
Pero cuantas veces t habre dixo q no dejes los capitulos asi d verdad cuando me haras caso... Bueno sube pronto tqm bss
ResponderEliminarHay St Nds si es que yo no se como decirte qeu no os puedes dejar asi eh!! estas tardando muchisiiiimoooooo en subir ¿donde esta Alex? ¿que esta haciendo? huy con estoy pienso mal lo siento bueno que me voy del tema sube Ya .
ResponderEliminar^^ Amanda y yo te queremos ^^