Lucía se calló al suelo del golpe, ninguna nos esperamos
que hiciera eso. Cuando vi desplomarse a Lucy salte sobre la chica pero Amanda
me detuvo porque sabía que sería peor para mí.
En seguida vinieron los de seguridad y nos sacaron de allí.
A nosotras nos llevaron a una enfermería donde dieron un poco de hielo a Lucía
para la cara.
Cuando se le bajó un
poco la inflamación pudimos volver al concierto. Al entrar en la sala pude ver
como Harry miraba hacia donde estábamos y que justo cuando entré yo se giró
hacia el otro lado. No le di importancia e intentamos seguir disfrutando del concierto
pero no pudimos seguir como antes.
Acabó el concierto y salimos para volver a casa cuando un
hombre de negro nos paró.
-Disculpad, fue a vosotras a las que una chica os agredió
–preguntó muy formal.
-Sí, pego un puñetazo a mi amiga –dije yo.
-¿Podríais venir a declarar?
-Claro – dijo Lucía, mirándonos asustada.
¿Por qué tanto
escándalo por un puñetazo? Aquel hombre nos llevo junto a su coche y pidió que
le contásemos lo sucedido. Después nos llevo junto a su compañera y entramos en
una gran sala. Estuvimos allí esperando en silencio, ninguna nos atrevíamos a
hablar. Al rato aquel extraño hombre entro en la sala y nos pidió que le
acompañásemos a un despacho para explicarnos todo lo ocurrido.
-Muy bien señoritas, voy a explicarles lo que ha pasado. Seguramente
estén pensando en por qué hay tanto alboroto por una pelea en un concierto. ¿No
es cierto?
Asentimos con la cabeza y él prosiguió.
-Hay varias razones. Una de ellas es que la chica que le
pegó no es la primera vez que lo hace, lleva acosando a fans y a los propios
individuos del grupo desde hace más de dos años pero siempre se libraba de
nosotros. Eso nos lleva a la segunda razón, mis clientes me han pedido que eso
no volviera a suceder, ya que por culpa de personas como ella tienen miedo a salir
a la calle sin guardaespaldas o un mínimo de seguridad.
Me estaba quedando perpleja, no podía creerme lo que estaba
oyendo, aquella chica que parecía “normal”, era una especie de psicópata. Miré
a mis amigas, ellas estaban como yo, se las notaba en la cara.
-Y hoy gracias a ustedes, hemos podido detenerla. Por lo
que mis clientes y yo les agradecemos su colaboración.
-Pero…si nosotras no hemos hecho nada –dijo tímidamente
Amanda.
Aquel hombre rió. Me estaba empezando a asustar. Todo el
asunto era muy extraño.
-Han hecho más de lo que creen señoritas. Ahora si me
acompañan les guiaré hasta la salida.
Nos guió por aquel edificio hasta la puerta principal y
cuando estábamos saliendo oí una voz a mis espaldas…
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