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21 de diciembre de 2012

CAPITULO 4


*Narra Lucía*

Me desperté por un grito.

-¿Qué pasa Tamara? –dijo Amy con voz de dormida.

-Mira quien ha enviado un mensaje a Lucy –dijo Tami saltando en la cama.

-Ehh, ¿por qué coges mi móvil? –dije sin ganas, tenía mucho sueño.

-Porque ha sonado a las cuatro de la mañana y soy la única que se ha despertado.

-Vale, pero, ¿quién es? –exclamó impaciente Amanda.

-Mirarlo.

Tami nos acercó el móvil y en cuanto vi quien era me quede de piedra. Amy gritó. 

-No puede ser verdad… -conseguí tartamudear.

Desbloqueé la pantalla para leer el mensaje.

Siento no haber podido hablar contigo en estos tres años, pero he estado muy ocupado y cuando sacaba tiempo mis padres me lo volvían a arrebatar y tampoco sabía muy bien que decirte, a demás desde aquí los mensajes son más caros. Bueno, lo que te quería decir es que… vuelvo a España, en Junio y me gustaría volver a verte, solo si tu quieres. Cuando llegue te llamaré. Besos.

Al acabar de leerlo me desplomé en la cama y apuesto todo a que tenía una cara estúpida de enamorada. Me volvió a despertar un grito, me había quedado dormida. 

-¡Vuelve aquí! –gritaba Amanda desde la cocina.

Me asomé por las escaleras y vi como Tamara corría con una caja de galletas en la mano e intentaba huir de Amy.

-¿Qué pasa? –chillé.

-Buenos días –sonrió Tami mientras rodeaba el precioso sofá que había en el salón –Solo queda una caja de galletas y yo la he cogido primero y Amanda me la quiere quitar y zampársela ella sola.

-Eso es mentira –exclamó saltando sobre el sofá – Os voy a dar…pero las que no me apetezcan.

Reí ante su discusión, me acerqué a Tami y grité.

-¡Pásamela! Con las dos no podrá.

Amanda hizo una mueca y yo salí corriendo con la caja de galletas. Cuando iba a entrar a la cocina Amy saltó sobre mí y me tiró pero Tami llegó a la vez y saltó encima. Justo en el momento de estar las tres tiradas en el suelo peleándonos por las galletas alguien llamó al timbre. Las tres nos quedamos petrificadas, queríamos ir a abrir pero si soltábamos las galletas Amy se las comería todas. Ninguna nos movíamos y volvieron a llamar. Al ver que no contestábamos miró por la ventana y se empezó a reír. Cuando vimos a Álvaro por la ventana nos empezamos a reír también nosotras y Tamara fue a abrirle. 

-Hola chicas –sonrió –Si me hubierais dicho que había pelea de chicas habría venido antes.

Eso hizo que riéramos. Nos sentamos los cuatro a desayunar y desgraciadamente Amy había conseguido la caja de galletas.

-¿Qué haces aquí? –pregunté al rato, cuando me di cuenta de que no sabía la razón.

-Si quieres me voy –fingió hacerse el ofendido.

-Yo no he dicho eso –reí.

-He venido porque ayer mis tres mejores amigas fueron a un concierto de los One Direction esos y quiero que me cuenten que tal se lo pasaron, aun que a mi esos chavales no me gusten –dijo poniendo carita de niño bueno.

-Pues… no te vas a creer todo lo que nos pasó…Aun que... no creo que te importe –dijo Tami haciéndose la difícil.

-Venga, Tam, cuéntamelo –dijo haciéndole cosquillas. 

Tamara y Álvaro se conocían desde pequeños y eran amigos inseparables. La verdad es que parecía que había algo más pero ambos lo negaban. Decían que simplemente eran como hermanos. Por ejemplo, a Tamara todos la llamábamos Tami pero Álvaro la llamaba Tam y si alguien la llamaba así ella decía que la llamase Tami.

-Vale –Tami se dio por vencida –En medio del concierto discutimos con una chica, mas bien, Lucy discutió con ella. Y acabó con el ojo morado. 

-¿Qué? -se sorprendió Álvaro – ¿por eso tienes el pómulo hinchado?

Asentí, me daba vergüenza porque yo no solía pelearme con nadie pero aquella chica me estaba molestando.

-Bueno, sigo. Después llamamos a seguridad y… -Tami le contó toda la historia –…Y por eso nos peleábamos por las galletas.

-Vaya historia. Me pregunto ¿qué no os pasará a vosotras tres? –dijo riendo – Entonces… ¿cuándo viene Cristian?

-Dijo que volvía a España en Junio –respondí.

-Bueno, pues como aún queda una semana para Junio, tendremos que seguir haciendo nuestra vida, así que, ¿qué os parece si os vestís y vamos a dar una vuelta?

Las tres subimos a vestirnos mientras Álvaro esperaba abajo. Amanda se vistió rápidamente, se puso:
 
Yo tardé un poco más y me puse esto:
 
Pero Tamara, que solía vestirse muy rápido, tardó más que nosotras, se notaba que lo hacía por Álvaro. Al final se puso:
 
Bajamos y Álvaro se había quedado dormido. Tami saltó encima suya para despertarle y del susto los dos cayeron al suelo. Álvaro quedó encima de Tami a unos centímetros y ambos se ruborizaron. Se pusieron de pie mirando al suelo. Se notaba que ambos se querían. 

-Bueno, ¿nos vamos? –dijo Tami para interrumpir aquel silencio.

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