*Narra Zayn*
Había pasado casi un mes desde que estuvimos en España.
Ninguno volvió a mencionarlo pero sé que todos pensábamos en aquello. Yo no
podía sacarme de la cabeza a Lucía, ¿habría sido muy lanzado al darle el beso?
¿O quizás muy cobarde por salir de allí? En este momento solo podía pensar en
que tal estaría ella. Probablemente ansiosa y emocionada ya que al día
siguiente sería la prueba en la escuela. Miré el reloj, no eran más que las
tres y media en Londres, en España sería una hora más, no era buen momento para
hacer nada. Decidí meterme en twitter a ver si se me pasaba el insomnio, pero
fue peor, el primer tweet que apareció fue uno suyo. No podía seguir así,
estaba dejando de dormir y no sería nada bueno.
*Narra Cristian*
Tami y yo estábamos, como cada día, en el hospital. Lucía y
Amanda venían de vez en cuando, pero no les gustaba ir. Tamara odiaba estar
allí pero Álvaro era muy importante para ella. Hablábamos mucho, incluso
empezábamos a llevarnos mejor que nunca por el simple hecho de vernos y charlar
durante dos horas cada día. En un momento de una conversación conté una
anécdota que le encantaba a Álvaro, Tamara murmuró por lo bajini “ojala se
despertase Álvaro y pudiera escucharla una vez más”. En ese momento el contador
de pulsaciones aumentó y mi amigo movió los dedos de una mano. Tami pegó un
gritito y una enfermera nos echó de la sala.
-Quédate aquí y me avisas de cualquier noticia, voy a por
Amy y Lucy –gritó mientras corría por las escaleras hacia su coche.
*Narra Louis*
Estos días habían sido muy aburridos, echaba de menos a mis
compañeros ya que desde que habíamos estado en España no eran los mismos. Nos
divertíamos menos y nunca tenían ganas de nada. Hubo un momento en el que nadie
hacía caso a nadie ni a nada y me cansé.
-¿Qué os pasa últimamente? Habéis perdido el espíritu, no
sois los mismos y ya estoy harto.
Al decir eso me marché, no me apetecía estas allí viendo
como perdían el tiempo. Me fui paseando por Londres, hacía tiempo que no
estábamos allí y ya que mis amigos no querían hacer nada, yo decidí recorrerme
la ciudad. Me subí en un de aquellos inmensos autobuses rojos y no pude evitar
chillar “I LOVE BIG RED BUS”. Al oírme decir eso, algunos, la mayoría, me
miraron raro, pero no me importaba aunque un grupito de directioners se
acercaron a pedirme una foto, un autógrafo, que les siguiera en twitter, etc.
*Narra Álvaro*
Abrí lentamente los ojos, me encontraba como si hubiera
estado un mes sin moverme. Al parpadear un poco vi unas cabezas mirándome
fijamente. Después de un rato pude distinguir que aquellas cabezas eran la de
unos enfermeros, pero, ¿qué hacía yo en un hospital? Aquellas personas me
hablaban muy deprisa y no podía entender nada. De repente oí una voz por encima
de todas.
-¡Dejadme verle ya por favor, dejadme verle!
Me giré bruscamente provocando que una de las máquinas
pitase. Me fijé en una pared, había un calendario, en el ponía que era 20 de
Junio, pero, ¡era imposible! Había estado inconsciente casi un mes. Tamara,
Lucía, Amanda y Cristian entraron atropelladamente por la puerta y se acercaron
a mí.
-Estas bien, no me lo puedo creer, estas bien –repetía
constantemente Amy.
-¿Qué ha pasado? –pregunté dudoso.
Iban a responderme pero unos hombres de seguridad les
echaron diciendo “ya les hemos dicho que tiene que esperar para verle”. Los
médicos y enfermeros me tomaban el pulso, me iluminaban los ojos con
linternitas y me hacían preguntas como “¿Recuerdas tu edad? O ¿Sabes tu nombre?
Después de un centenar de pruebas dejaron entrar a mis
amigos. Tamara entró en cabeza, me abrazó y se echó a llorar.
-Eh…Ya está, no llores –la calmé.
-Me alegro tanto de que estés bien –respondió.
-Pero… ¿qué ha pasado? –pregunté aun sin saber qué hacía yo
allí.
-Ya hablaremos de eso ahora vístete que nos vamos a casa
–respondió Cristian que era el que más tranquilo estaba.
Gracias a su comentario pude darme cuenta de que llevaba
puesta la bata del hospital. Iba a bajar de la camilla cuando una enfermera me
frenó.
-Respecto a eso… E de decirle que por el fuerte golpe que
sufrió a perdido la movilidad en las extremidades inferiores.
-¿¡QUÉ!?
*Narra Liam*
Louis estaba muy disgustado, con razón. Desde que nos
fuimos de España no éramos los mismos, casi ni hablábamos, dormíamos poco o
nada, y eso estaba empezando a provocar que nos llevásemos mal. Miré a mi
alrededor, Harry estaba en un sofá viendo una película, Zayn estaba en su
habitación haciendo quien sabe qué y Niall estaba en la cocina devorando todo a
su paso mientras veía un estúpido programa en la tele. Gracias a Louis me di
cuenta de que estábamos desperdiciando nuestras vidas. Avancé hasta Harry y
apagué la tele, saqué a Niall de la cocina y a Zayn de su habitación y les
obligué a que hiciéramos algo todos juntos, a volver a pasárnoslo bien, a salir
y disfrutar, cosa que ya no hacíamos. Parece que a los chicos también se les
abrieron los ojos puesto que aceptaron.
*Narra Niall*
Louis y Liam tenían
razón, teníamos que volver a ser nosotros así que decidimos llamar a Louis y
salir de fiesta. En cuanto vino Louis nos preparaos todos para salir esa moche,
nos hacía falta cambiar de aires.
A la hora indicada
salimos de casa y montamos en el coche de Louis para ir a algún lugar a pasarlo
bien. Pasamos por delante de un local y dije a Louis que aparcase. Allí había
mucha gente y nos venía bien. Era todo diversión y el tiempo que estuvimos allí
se me olvidó todo. En medio de una canción me acerqué a la barra y pedí otra
copa. Al girarme miré hacia mis amigos y ya no estaban ahí. Les busqué por el
local pero no les encontré así que decidí quedarme allí y divertirme. Una chica
rubia se acercó a mí pero no me dijo nada y siguió bailando. Yo, que ya llevaba
unas copas encima, me puse a bailar con ella. Mientras me miraba
provocadoramente, me acerqué a ella.
Me despertó un rayo
de sol que alumbraba mi cara. No recordaba nada más allá de estar bailando con
aquella chica. Me incorporé y pude comprobar que allí donde estaba no era mi
habitación, ni mi casa, ni ningún lugar conocido .Me incliné y vi a la chica
tumbada a mi lado. Me puse muy nervioso. Lo primero que se me ocurrió fue
vestirme y volver a casa.
*Narra
Harry*
Estábamos desayudando
cuando sonó la puerta.
-Hombre, si has
vuelto –dijo Liam en tono de burla.
-Sí que tuviste fiesta
tú anoche –se burló Louis.
-Ja, ja, ja –rió irónico
el irlandés y rápidamente subió a su habitación.
Me dolía mucho la
cabeza de la resaca de anoche. En el primer local que fuimos perdimos a Niall,
que a saber que hizo, y, como había demasiada gente, decidimos ir a otro a unas
manzanas. Pero anoche no era yo mismo. Aunque no lo creáis no estaba pensando en…
en ella sino en su amigo, Álvaro. Me sonaba mucho su cara y el hecho de pensar
que tuvo aquel accidente el día que nos conocimos me trae un remordimiento aun
que no entiendo por qué.
-¿Harry? –Lou pasó
su mano por mi cara repetidas veces -¿Estás bien?
-Eh...Qué…Sí –tartamudeé
saliendo de mis pensamientos.
-Mañana viajamos a
Francia, ¿estás preparado? –preguntó mi amigo.
-¡Claro!
De pronto oímos
como si una manada de elefantes bajase atropelladamente por la escalera.
-Bbbnns días –murmuró
Zayn adormilado.
-Buenos días –respondimos
los demás sin darle importancia.
-¿Has preparado ya
la maleta?
-¿Qué maleta? –preguntó
masticando una galleta.
-¡Mañana nos vamos
a Francia! –exclamé. Tenía ganas de ir.
-Ups. Ya voy a
prepararla –susurró corriendo por las escaleras.
Niall baja a su vez
y se chocaron. El rubio tenía unas ojeras impresionantes y una cara horrible.
-Hey bro, ¿Cómo estás?
–preguntó Louis dándole una taza de café.
-¡Anoche os
fuisteis sin mí! –exclamó enfurecido.
-No te encontrábamos
y había demasiada gente, lo siento –se disculpó avergonzado leeyum.
-Bah, da igual –dijo
aún molesto Nialler.
De repente sonó su teléfono.
-¿Quién es? –pregunté
curioso.
-¿Cristian?
–exclamó sorprendido
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