*Narra Liam*
En cuanto oí a Tamara gritar no me lo pensé dos veces y
subí corriendo. Me di cuenta de que los demás subían conmigo cuando llegamos a
la escalera y nos íbamos pisando unos a otros.
-Tami ¿estás bien? –preguntó muy preocupada Lucía.
Tamara abrió la puerta, tenía el móvil en la mano y Álvaro
estaba sentado en una silla unos metros más atrás, sentí algo de furia en ese
momento pero no dejaba de pensar en el grito.
-¿Qué pasa? ¿Por qué estáis todos aquí? –preguntó
extrañada.
-¿¡Qué qué pasa!? ¡Qué casi nos matas de un susto! –gritó
Amanda, se le notaba preocupada.
-¿Por qué?
-Por el grito que has metido –dije yo.
-Ah, ¿lo habéis oído?
-No, estamos aquí
por si te habías caído por la ventana –dijo irónica Lucía.
-Lo siento –dijo avergonzada y puso una carita a la que no
me podía resistir.
-Bueno, ¿qué ha pasado? –pregunté para que cambiase la cara
o si no me daría algo.
-Nada, que me he puesto muy contenta porque me ha llamado
una amiga que vive en Barcelona y dice que en vacaciones va a venir aquí.
-¿¡Va a venir Silvia!? –chillaron las otras dos.
-¡Sííííííí!
Las tres se pusieron a gritar. Cuando acabó el momento
eufórico, bajamos de nuevo al salón.
*Narra Harry*
Casi me da un infarto al oír gritar a Tamara pero al final
no era nada. Cuando pasó el momento ya era muy tarde y los chicos y yo nos
fuimos, no sin antes despedirnos. Cuando le di dos besos a Tamara sentí que se
me ponía la piel de gallina. ¿Por qué me tenía que pasar eso? Una vez en el
hotel me tiré en la cama. Louis y yo compartíamos habitación y Niall, Zayn y
Liam estaban en la grande.
-Ahora que estamos solos…
-Louis, esa frase la he oído varias veces y no acabará bien
–me burlé.
Él rió y continuó.
-¿Me vas a decir que te pasaba? ¿Era por Tamara, verdad?
-No…bueno...Puede,…un poco...Pero casi nada…vale sí.
-¡Lo sabía! –gritó.
-Shh.
-Pero…
-¿Qué pasa?
-Que me da que... Bueno nada.
-Dímelo.
*Narra Amanda*
Me dio pena que los chicos se fueran ya. Solo el hecho de
pensar que en dos días había pasado de estar en mi habitación besando sus
posters a estar despidiéndome de ellos en la puerta de mi casa, era un sueño.
Al despedirme de Niall fue muy extraño. Ambos giramos la cara al mismo tiempo y
¡Oh dios mío! ¡Le había dado un pico a Niall James Horan!
-Hasta luego –dijo mirando al suelo.
-A-adiós –dije mordiéndome el labio cabizbaja.
*Narra Cristian*
Antes de que nos fuéramos, fui a hablar con Lucy a la
cocina.
-¿Qué pasa Cristian?
-Quería decirte que sé que han pasado tres largos años
desde que me marché pero quería que supieras… -frené antes de acabar la frase.
Agaché la cabeza y respiré hondo.
-¿Qué supiera qué?
*Narra Álvaro*
Hubo un momento en el que había tanto jaleo que no me di
cuenta de que Lucía y Cristian habían desaparecido, ¿qué harían pillines?
-¿A qué son majos? –me dijo Amy reprochándome las veces que
decía algo malo de ellos.
-Sí, sí –Tam y ella me miraron fijamente –Vaaale, siento lo
que dije de ellos, son unos chavales muy majos. ¿Contentas?
-Sí –dijo Tam con voz de niña pequeña.
-¿Dónde están Lucy y Cristian? –preguntó Amanda.
-No lo sé, yo también me lo pregunto.
*Narra Lucía*
-¿Qué supiera qué? –pregunté intrigada.
-Pues…qué….Todavía sigo enamorado de ti y no te he podido
olvidar.
Me quedé boquiabierta, yo le quería mucho pero… me había
hecho sufrir mucho y en un día no podría volver a estar tan enamorada como
había estado.
-Yo… Cristian… -no pude terminar la frase. Una lágrima
corrió por mi mejilla haciéndome estremecer.
Cristian se me acercó y me abrazó.
-Lo siento. Por todo –dijo entristeciendo y a punto de
llorar el también.
*Narra Tamara*
Al entrar en la cocina vimos a Lucía llorando y a Cristian
abrazándola con una lágrima en la mejilla.
-¿Qué ha pasado? –pregunté nada más entrar.
Lucía nos abrazó y Cristian se secó las lágrimas.
-Chicas, nosotros nos vamos, os vemos mañana si eso –dijo
Cristian entre lágrimas.
Álvaro se despidió rápidamente. Y nosotras nos subimos con
Lucy a su habitación.
-¿Qué ha pasado? –preguntó Amanda secándole la cara con la
manga del pijama.
-*Snif*. Me ha dicho que me quiere. *Snif* -dijo llorando.
-¿Y cuál es el problema? ¿A ti no te gustaba? –pregunte
abrazándola.
-Sí, pero me ha hecho mucho daño y no puedo olvidarlo todo
en un día, le perdoné pero el hecho de salir con él…no sé.
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